De entre todos esos tesoros remotos, que en muchas ocasiones ni sabemos que están ahí, tiene un sitio privilegiado el yacimiento de pinturas rupestres del Barranco de los Grajos en Cieza. Localizado en la sierra de Ascoy. Se trata de tres abrigos, es decir, cuevas pequeñas y poco profundas, que servían como resguardo del frío y los vientos. En estos abrigos se encontraron las famosas pinturas rupestres, que pertenecen al estilo levantino. Este yacimiento está incluido en el catálogo de Arte Rupestre del Arco del Mediterráneo, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Podemos llegar a este yacimiento desde el polígono industrial de Ascoy, por el mismo camino que nos lleva al parque eólico, hasta que damos con una bifurcación en la que se indica la dirección hacia el barranco. El camino a partir de aquí se vuelve más regular y cómodo, y finaliza en una zona habilitada como aparcamiento, que es donde comienza la visita. Hasta hace unos meses el Ayuntamiento de Cieza organizaba visitas, aunque actualmente no hay disponibilidad de las mismas.
De cualquier manera, el acceso es fácil y se puede visitar sin guía, ya que se han acondicionado las instalaciones. Podremos encontrar al inicio un cartel informativo que explica los dos caminos que podemos tomar para adentrarnos en el barranco, dependiendo de la dificultad.
Un gran tesoro
El estilo levantino se manifiesta a lo largo de la costa este de la Península, desde Lérida hasta Almería. Se cree que tiene su origen en el Mesolítico, aunque hay opiniones enfrentadas dependiendo de la fuente de investigación. En general, las pinturas se encuentran en formaciones rocosas situadas al aire libre, caracterizadas por estar pintadas de un solo color, generalmente negro, rojo o blanco, ya que eran los colores que con mayor facilidad se obtenían de diferentes minerales.
La temática además resulta toda una novedad, ya que aparecen figuras humanas y animales, en situaciones concretas, de manera que se representa actividades cotidianas de estos homínidos, como son la caza, con escenas en las que se puede diferenciar claramente las figuras de hombres y animales, así como de armas; la guerra desde el punto de vista ritual, y la vida cotidiana, con las actividades relacionadas con la agricultura.
En un primer momento resulta complicado ver las pinturas con claridad, debido al estado de conservación, especialmente en el caso del tercer abrigo. El primer abrigo es el más rico en representaciones, con medio centenar de figuras que representan danzas rituales de gran complejidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario